Algunos de los inductores de colágeno que más estamos utilizando actualmente son el ácido hialurónico tipo “skinbooster” y el ácido poli-L-láctico (o poliláctico). Ambos principios activos destacan por su alto grado de seguridad y eficacia.
Al infiltrar inductores de colágeno estamos estimulando los fibroblastos propios de la piel de nuestros pacientes. Los fibroblastos son las células encargadas de producir elastina y distintos tipos de colágeno.
¿Para qué sirve este tratamiento?
- Mejorar la calidad de la piel en pacientes jóvenes, que sólo buscan una hidratación profunda de la piel.
- Hacer un rejuvenecimiento de la piel madura cuando ésta presenta arrugas finas y los primeros signos de envejecimiento.
- Conseguir un efecto tensor de forma mínimamente agresiva, pues solemos aplicar estos inyectables con cánulas o agujas muy finas. A veces usamos el término “hilos líquidos” para referirnos a este tipo de tratamientos, pues pueden llegar a ser muy eficaces en su acción tensora
¿En qué se diferencia este tratamiento de un lifting facial?
Probablemente te suena el término “lifting líquido” o “hilos líquidos”. Son distintas técnicas de aplicación de inductores de colágeno para conseguir un efecto tensor o elevación de tejidos. Obviamente, el lifting quirúrgico es mucho más eficaz, pero también más agresivo. El “lifting líquido” con inductores de colágeno cuenta con las siguientes ventajas:
- Es mínimamente invasivo. El mismo día del tratamiento ya puedes hacer una vida completamente normal.
- Buscamos resultados naturales y progresivos. Verás el máximo efecto tensor a los 3 meses del tratamiento (y durará más de 2 años), por lo que nadie notará un cambio radical en tu aspecto ni en tu expresión.
Sigue la filosofía “pro-aging”, que acepta el proceso natural de envejecimiento y pretende realzar tus rasgos naturales para envejecer con una imagen atractiva y saludable.