27 May EL «EFECTO V»
Lifting médico mediante técnicas de vectorización facial
Los tratamientos de Medicina Estética están sometidos a una constante evolución e innovación de técnicas. Hace unos años, parecía que sólo importaba eliminar arrugas, sin embargo, se ha abierto un nuevo campo de actuación mucho más agradecido: eliminar la flaccidez. Los estudios más recientes de rejuvenecimiento coinciden en la importancia de reafirmar y reposicionar los tejidos que han cedido a la gravedad. Cada día lo tenemos más claro: “la flaccidez envejece más que las arrugas”.
Dentro de las diversas técnicas, trataremos específicamente el “efecto V”. Nos referimos al aspecto que tiene de forma natural un rostro joven, con una correcta distribución de los volúmenes en los pómulos y más estrecho en el tercio inferior (definiendo adecuadamente el ángulo mandibular y mentón), ya que se mantienen intactos los tejidos de sostén tisular que nos marcan el arco zigomático y los depósitos de grasa de los pómulos. Sin embargo, un rostro envejecido se delata por la pérdida de volumen en el tercio medio, que va cayendo sobre el tercio inferior, provocando la aparición de surcos y la desaparición de la línea mandibular: ¡¡¡el rostro adquiere la forma de “V invertida”!!!
Actualmente, disponemos de técnicas médico-estéticas sin cirugía para recuperar el “efecto V” de un rostro envejecido. Una de las técnicas más modernas y eficaces es la del “puente atirantado”, creada por el Dr. Eduardo de Frutos e inspirada en el efecto elevador que tienen los cables tensores de dicho puente. Funciona mediante la creación de vectores de fuerza positiva, que tensan la piel descolgada para volver a marcar los volúmenes propios del tercio medio de la cara. De esta manera, conseguimos las proporciones óptimas de un rostro joven.
Kalos Medicina Estética