Celulitis

¿Sabías que el 60% de los hombres no saben qué es la “celulitis”? No me refiero a que no la padezcamos (el 95% de los varones no tenemos celulitis). ¡¡¡Me refiero a que más de la mitad ni siquiera saben identificarla cuando la ven en sus parejas!!!

Incluso cuando nos referimos a ella desde un punto de vista médico o científico, la investigación al respecto ha sido bastante imprecisa y poco clara. A lo largo de este artículo, profundizaremos en los aspectos más interesantes de la celulitis y, ciñéndonos a las publicaciones más recientes, intentaré dar algo de luz a este tema que tanto preocupa a las mujeres y tanto despreocupa a la mayoría de los hombres…

Empecemos con una definición concisa y lo más exacta posible. Comúnmente conocemos como “celulitis” un estado de desestructuración de la piel en ciertas zonas del cuerpo de la mujer, debido al aumento de viscosidad y fenómenos de fibrosis que tienen lugar en la sustancia fundamental del tejido conjuntivo. A nivel médico la llamamos “hidrolipodistrofia” o “lipodistrofia ginoide”, y sabemos que se trata de un problema estético de la piel que nada tiene que ver con la obesidad. Realmente, actúan ciertas hormonas sexuales en combinación con problemas circulatorios, lo que provoca la desorganización entre el tejido adiposo y el tejido conectivo.

Debido a estos cambios, se enlentecen los intercambios entre la circulación plasmática y linfática y las células conjuntivas. Una de las consecuencias más importantes de estos cambios histológicos es la sobrecarga lipídica de los adipocitos, por lo que el depósito de grasa es una consecuencia, pero no el origen del problema.

Podemos clasificar la celulitis o hidrolipodistrofia en 3 estadios diferentes:

Celulitis edematosa: en su primera etapa evolutiva se identifica un edema intersticial como consecuencia de la retención linfática y de la excesiva permeabilidad capilar, por lo que los adipocitos se hipertrofian y se fusionan en bloque. Es el primer paso en la piel de naranja, que se debe a la formación de micronódulos grasos y suele afectar a mujeres entre 20 y 40 años de edad. La piel de naranja se identifica en la exploración física, mediante el pinzamiento o pellizco de la piel. En cuanto al tratamiento, cobra especial importancia eliminar el edema intersticial y la retención linfática, por lo que emplearemos dos técnicas clásicas que siguen dando excelentes resultados: el drenaje linfático manual y la mesoterapia con homeopatía. Es fundamental igualmente retomar una dieta rica en antioxidantes y hábitos de vida adecuados (posturas, ejercicio físico,…).

Celulitis fibrosa (o dura): es la evolución de la anterior. Las fibras de dermis e hipodermis sufren una degeneración del colágeno y se forman bloques amorfos que provocan aprisionamiento de los adipocitos llenos de triglicéridos (micromódulos). Clínicamente, la piel de naranja se hace más evidente y no es necesario el pinzamiento para identificarla. También podemos tratar este tipo de celulitis con drenaje linfático y mesoterapia, aunque en este estadio, contamos con la tecnología muy avanzada, que combina radiofrecuencia, vacumterapia y ultrasonidos focalizados. La correcta aplicación de UltraShape puede ofrecer resultados espectaculares.

Celulitis cicatrizal (o flácida): la progresiva compresión de vasos y nervios, produce una importante alteración estructural del tejido conjuntivo, sin alteración real del tejido adiposo que permanece normal en su constitución química. La unión de micronódulos forma el “macronódulo”. En estos casos, es muy importante la valoración personalizada para ofrecer una solución integral a cada paciente, normalmente combinando radiofrecuencia, mesoterapia y ultrasonidos.

Desde nuestro punto de vista, el tratamiento de la celulitis debe ser médico o supervisado por un médico estético, incluyendo técnicas clásicas como la mesoterapia y otras más modernas como los ultrasonidos focalizados. Los motivos de aparición de la celulitis son muy variados y se refieren a factores genéticos, factores hormonales, defectos circulatorios y, sobre todo, hábitos de vida. Por este motivo, queremos daros algunos consejos y pistas para cuidar y prevenir este problema.

Tips para prevenir y tratar la celulitis:

-Lista de la compra: incluye 5 raciones diarias de fruta y verdura frescas. No olvides un aporte adecuado de proteínas de alto valor biológico, especialmente los pescados y huevos, consume las carnes y lácteos con cierta moderación y olvida la sal, las grasas saturadas y los azúcares de absorción rápida.

-Consume un mínimo de 2 litros de agua al día. Sabemos que la celulitis tiene su origen en trastornos circulatorios, así que es vital un aporte de agua adecuado que asegure la eliminación de toxinas.

-Otros hábitos que mejoran la correcta circulación de retorno: refresca las piernas en ducha, con agua fría o baños de contraste; elige un calzado cómodo, con tacón bajo, y evita la ropa demasiado ceñida; duerme con las piernas ligeramente levantadas y organiza tu tiempo para poder caminar al menos media hora al día.

-Practica ejercicio de forma regular, y aprende a seleccionar qué tipo de ejercicios son favorables para mejorar tu celulitis (caminar, natación, correr,…) y cuáles son desfavorables (bicicleta, step).

-Si en trabajo pasas muchas horas sentada, intenta mantener los pies algo elevados y levántate de vez en cuando para favorecer la circulación de retorno. Evita la compresión venosa que se produce cuando cruzas las piernas.

-Elimina tóxicos: elimina o modera el consumo de tabaco y alcohol.

Nuestra misión es sacar el máximo partido a tu belleza natural. Hoy mismo puedes poner en práctica estos consejos.

Dr. Eduardo de Frutos



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