España es conocida de manera internacional por su sol. No sólo hemos convertido el turismo de playa en una de nuestras industrias más importantes, los españoles hemos crecido en una cultura que considera el sol una fuente de vida y de energía.

De hecho, una adecuada exposición solar nos aporta alegría, influye en nuestro estado de ánimo y nos proporciona luz y calor, dando a nuestra piel un bonito bronceado que se suele asociar con un buen estado de salud.

Por otro lado, desde un punto de vista profesional, la radiación solar es un indiscutible factor de riesgo de enfermedades importantes y uno de los factores externos más influyentes en el envejecimiento facial. Por este motivo insistimos tanto en la importancia de proteger nuestra piel de manera adecuada.

Los protectores solares o fotoprotectores suelen clasificarse en base a su Factor de Protección Solar (SPF), que es una forma de medir el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema o enrojecimiento previo a la quemadura.

El índice COLIPA o método europeo es aceptado por casi todos los fabricantes de cosméticos europeos. Según este método, podemos clasificar los productos en los siguientes grupos:

–           FPS bajo: 2 – 4 – 6

–           FPS medio: 8 – 10 – 12

–           FPS alto: 15 – 20 – 25

–           FPS muy alto: 30 – 40 – 50

–           FPS ultra: más de 50. Actualmente, contamos con productos que alcanzan un factor protector de 100. Con ellos puedes sentir que tu piel está totalmente protegida.